Terapia individual

Aunque las personas acuden a consulta por diversos motivos, los problemas más frecuentes suelen ser los relacionados con el estado de ánimo y la ansiedad. Durante la terapia trabajaremos todo aquello que afecta a algún área de nuestra vida y nos genera un intenso malestar emocional.

La finalidad de la terapia individual es ayudarte a comprender cómo la forma en que te comportas o te planteas las cosas puede llevarte a actuar de una forma poco saludable o desadaptativa, a sentirte mal y a generar pensamientos negativos. En muchas ocasiones podemos incluso no ser conscientes de ello, pero tomaremos consciencia en el proceso terapéutico.

Este proceso implica una primera fase de evaluación, en la que se identifica el problema; una fase de tratamiento en la que se van a concretar los objetivos de la terapia y vamos a poner en marcha las herramientas que nos ayuden a afrontar el problema; y, por último, se realizará un seguimiento a través del cual podremos ayudar a mantener en el tiempo los logros conseguidos.

Terapia de pareja

Cuando surgen dificultades en la relación de pareja, disminuye nuestro bienestar. Esto ocurre porque estar en pareja supone una red de apoyo social y emocional, lo que actúa como un factor protector ante ciertos problemas. Cuando las cosas no van bien en nuestra relación, pueden surgir ciertas dificultades como problemas de comunicación, desgaste, falta de deseo, estrés, ansiedad…

Por ello es importante evaluar qué es lo que está pasando y saber qué factores están influyendo para intervenir lo antes posible con el fin de mejorar la calidad de la relación y lograr los objetivos planteados.

En estos casos, es recomendable acudir a un profesional especializado en terapia de pareja, puesto que está formado específicamente para identificar y ayudar a solventar las dificultades que surgen en las relaciones.

Terapia sexual

Las dificultades sexuales se producen en un alto porcentaje de la población, aunque normalmente se tiende a ocultar debido a motivos culturales y a la deseabilidad social. Esto provoca malestar y sufrimiento en la persona. La mayor parte de las dificultades sexuales tienen causa psicogénica, muchas veces originada por problemas psicológicos personales o dificultades en la relación de pareja.

Acudir a un profesional experto en terapia sexual es lo más acertado, puesto que está formado específicamente para tratar dificultades sexuales. Las más comunes son las que tienen que ver con el deseo (inhibición o ausencia), la excitación (dificultades de erección), la dificultad del coito vaginal (vaginismo, dispareunia…), el orgasmo (eyaculación precoz o retardada, anorgasmia…), la insatisfacción, la compulsividad y exclusividad (adicción al sexo, parafilias…), la identidad y orientación (homofobia interiorizada), ITS y VIH.

psicología LGtBI

Cuando surgen dificultades en la relación de pareja, disminuye nuestro bienestar. Esto ocurre porque estar en pareja supone una red de apoyo social y emocional, lo que actúa como un factor protector ante ciertos problemas. Cuando las cosas no van bien en nuestra relación, pueden surgir ciertas dificultades como problemas de comunicación, desgaste, falta de deseo, estrés, ansiedad…

Por ello es importante evaluar qué es lo que está pasando y saber qué factores están influyendo para intervenir lo antes posible con el fin de mejorar la calidad de la relación y lograr los objetivos planteados.

En estos casos, es recomendable acudir a un profesional especializado en terapia de pareja, puesto que está formado específicamente para identificar y ayudar a solventar las dificultades que surgen en las relaciones.